Según vas acumulando kilómetros a tus espaldas, vas encontrándote más a gusto ya sabes que puedes caminar y que irás siempre mirando adelante, todo lo que ya has recorrido y pasó en el viaje tuvo su momento y su lugar, pero no volverás la mirada solo forma parte de ti en el recuerdo y ya no lo vas arrastrando, ya no tortura, ni intentas comprenderlo, hay tantas cosas que son misterios y que no merece la pena desentrañar simplemente están, cuándo te adaptas al paisaje que recorres y consigues fijarte en todo lo que tienes alrededor y al mismo tiempo, lo sientes y te sientes a ti mismo empiezas a vivir tu camino.
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